Ahí estaba, recargado en la pared,
un espejo de mil años.
No puedo verme en él,
su reflejo está sucio,
como yo,
como el espíritu de la casa.

¿Cómo se supone que debo ser recordada?
Vivir en un pensamiento,
una burbuja atrapada.
¿Cómo llego siendo yo?
Una meta clara,
una antorcha errada.

Limpiar el cristal no sirve de nada,
la imagen sigue borrada.
Y entonces veo:
la situación no es más que otra,
posar ahí no es cualquier cosa.

¿Y ahora qué?
Si bailar desnuda no despeja la bruma,
si los calambres no me devuelven el alma,
si gritar mi nombre no me da una forma,
si mi sombra apenas se asoma.

Tal vez no soy yo la que está borrada,
tal vez el espejo nunca reflejó nada.

Por: Meritzi