Lo que extraño de ti

No sé qué es lo que extraño de ti.
Si tus ojos claros como el sol
o el disparejo de tu sonrisa.
La suavidad de tu tacto
o de tus palabras vacías.
Tus promesas rotas
o la frialdad de tus mentiras.
El abuso de mi alma
por tu apatía.

No sé qué es lo que extraño de ti.
Tu visión limitada a tus pies
o la tristeza profunda
de la soledad de tu ser.
Creo que no extraño nada de ti.

Extraño lo que hice de ti.
La atención y la comunicación.
El amor que vi en ti.
La vida que me prometiste.
Las añoranzas presentes.
La empatía afligida.

Tu incapacidad para dar
Consecuencia del mar
De la marea de mierda
Contornada a tu caminar.

-Gustavo Aguilera

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Casi nada

I

Si el viento que exhalo sigue moviendo tu cabello,
si no está muerta la seña de tu nombre,
si aquí abajo seguimos viendo estrellas
las mismas que atravieso con los ojos,
las que sangro en estas hojas.

Si puedo arder los contornos
y el tuyo más que ninguno.
Si puedo quemarme los dedos
y descuartizar estos fonemas,
estos alaridos,
anagramas extirpados de la boca
de tus vagabundos y los míos.

II

Infeliz casi nada amante de las sombras ajenas.
Insoportable esputo cavernoso y pútrido.
Si tu lengua no florece
y la riegas con mi nombre y con el suyo
y mi nombre es solo un mito como el suyo.

Y como no te mato a golpes
con estas cadenas de petróleo aéreo
que estrellan el cielo donde apoyo la mano,
donde le pateo la cara
al infructuoso árbol que no enverdece,
ese que tiene un nombre
como solo ella los pronuncia, como solo tú los portas,
ese al que le guardo
una cobija de polvo de planeta
y de la más insípida poesía
que se ha escrito en el mundo.

-Jesús T. Aldaba