Despedida

Ahora que tengo la despedida
No puedo vivirla
Ahora que esta incidida

Y es que dímelo
Como me voy a poder ir
Si cuando salgo huyendo
Termino volviendo a ti

Con la mirada hacia adelante
Sintiendo el vértigo
Nostalgia de tu piel
En proceso cadavérico

Crepúsculos eternos en mi descanso
Sintiendo la esencia
De tu encanto
Deseando con el corazón en mano
Soñar con su humano.

No creo poder morir en paz
Si no puedo estar allí
Sin derecho de visitante
Para los amantes.

-Gustavo Aguilera

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Postales

El arrojar palabras en llamas.
El expulsar los cristales amorosos de la sangre.
El difuminar las imágenes y endulzar el negro.
El exorcizar mi aire opaco.

Los sonidos son suicidas
y viven detrás de tus ojos
y tus ojos no me dejan ir.

Ni las plantas ni la tierra hipócrita.
Ni la cantera con sus promesas comprometidas.
Ni las recamaras que guardan secretos,
ni los dedos fríos y largos
que quieren que me estire de este tiempo.

Ni tu sonrisa que me es ajena,
porque hasta lo mío me es ajeno,
me es prohibido.

Solo es agrietar más mi centro, mi gravedad
y mis heridas de muerte que resguardan tus ojos
que olvidan todo, que trituran mi médula,
pero ni tú ni yo ni nadie,
solo mi sangre, mis faltas
y la incertidumbre de las recámaras
que guardan secretos
y tus gravedades y las mías
y que no doy nada más por ti
porque ahora todo sangra, se quema o se olvida por ti.

-Jesús T. Aldaba