Un sabor a valentía
En el transcurso de nuestra vida, conocemos a personas que de alguna manera marcan nuestro recorrido en este hermoso planeta.
Algunas de ellas nos demuestran de forma negativa que ser bueno no significa dar todo de nosotros hasta desgastarnos, sólo por agradarles y recibir halagos. Pero hay otras, que afortunadamente se atraviesan en nuestro camino y nos enseñan el cómo sobrevivir a este caos llamado vida sin depender de los demás.
Y bien dicen que las abuelitas son aquellos seres que te protegen con desbordante bondad y amor hasta llegar a «malcriarte», pero ese no es mi caso. La única abuelita o «Mami Kika», como yo le llamaba, me mostró el cómo ser independiente desde pequeño, a saber, valerte por ti mismo. En base a sus actividades y lecciones diarias pude observar que desde niños podemos ser capaces de aprender a cómo enfrentarnos a la vida de adulto, desde una simple y deliciosa comida preparada por ti mismo, hasta hacer frente a los peligros que pueden ocurrir dentro y fuera de casa.
Es por eso que este platillo, la Sopa de Elote, fue preparado en memoria de ella, pues cuando ella cocinaba, en especial este platillo meramente mexicano, para mí era la mejor hora del día, la hora de aprender, aprender algo nuevo de aquel personaje que sin esperar nada a cambio, me preparó en muchos aspectos que son y serán de gran utilidad hasta el resto de mis días.
-Olimpia Natera

