Un pequeño bocado que te transporta al pasado

Recuerdo perfectamente que en mi niñez una de mis películas favoritas era Ratatouille y más allá del gran mensaje que esta nos deja, existe una escena en específico que durante los años que llevo de vida pensé que había comprendido, sin embargo, me he dado cuenta de que no, porque en esta escena Ego el personaje que es crítico de restaurantes da un bocado al platillo que debe criticar y podemos ver como el sabor lo remonta a su niñez, con su madre sirviéndole un delicioso plato de comida después de que tuvo una pequeña caída en su bicicleta, de tal forma que la comida de su mamá lo hace sentir mejor.

Degustar este platillo fue como sentirme igual que Ego en esta escena, porque al mínimo contacto que hizo mi paladar con el exquisito sabor del mole pude sentir como me transportaba a los domingos familiares cuando mi abuelita cocinaba una olla grande para que todos sus hijos y nietos pudieran ir a su casa a comer en familia, para que todos alcanzaran a comer y quedaran satisfechos, recordé cómo los adultos ocupaban una mesa en donde abordaban temas de política, economía, negocios y cosas aburridas, mientras que los niños ocupábamos una mesa pequeña donde discutíamos por cosas triviales, donde algunos peleaban por un juguete, otro renegaba porque no quería comer eso pero al primer bocado que daba quedaba encantado y se lo comía hasta dejar el plato vacío.

Recordé a los abuelos sentados en los lugares que siempre tuvieron designados, y me dio un ataque de felicidad saber que tengo estos recuerdos hermosos, algunas emociones, y aquellos momentos después de la comida en donde toda la familia convivimos.

De esta forma me di cuenta que con un pequeño bocado te puedes transportar al pasado.

-Yatle Villalobos