Ejotes

El almuerzo de mi abuelo

-Ojalá nos vayamos antes de que salga el sol, pero mejor ojalá que no -, pedía siempre entre pensamientos mientras mis hermanas y yo alistábamos nuestra ropa, y mis papás se ponían de acuerdo en la hora de salida.

–Nos vamos antes de que amanezca –anunciaba mi papá y entre gusto y disgusto me iba a dormir esperando poder levantarme rápido al día siguiente. No me gustaba levantarme temprano, pero la experiencia de viajar mientras veía cómo amanecía hacía que valiera la pena. Cuando llegábamos a la casa de los abuelitos encontrábamos a mi tía preparando el almuerzo; una cazuela de frijoles, una de ejotes con huevo y otra de chile, nunca faltaba el chile en esa casa. Yo siempre pedía taquitos de ejotes con huevo, me gustaban mucho al igual que a mi abuelito.

En mi infancia, cuando mi mamá nos preguntaba qué queríamos de almorzar, recuerdo que pedía mucho eso, los ejotes con huevo y entre risas mis papás me decían –a tu abuelito también le gustan mucho los ejotes con huevo-.

Ahora digo: “Qué maravilla que los recuerdos también puedan guardarse en la comida”

-Rubí Longoria Aldaba

La Revista de Arena

"La arena como el tiempo es infinita y el tiempo como la arena borrará mis huellas y perderá mi rastro"