«Para mi Güeli»

Tierra de los horizontes planos y los cielos rojos

Tierra de jardines desiertos y morados suelos.

Tierra de cantares ecos y grandes calles sin pavimento.

Tierra, tierra plana, tierra maravilla, no encontrada, no tomada, estéril de creces pero bien floreada.

Tierra de música delgadita y marcada para acompañar el compás del viejo que ronda tus vientos calientes y quita todo desierto de los jardines, viejo dueño de ese mundo, dueño del suelo morado y los cielos rojos, del horizonte y esa vista libre.

Tierra de ellos.

Tierra de él, de los que la rondan, de los que hacen la tierra con su trabajo.

Hombre de esa tierra.

Hombre que desmorona su tiempo cuál adobe de finca vieja.

Hombre duro, hombre rojo, tu tierra se queda y el viento te lleva, pero un tiempo la tierra y tu se mezclan y vuelvo al resonar el eco de las flores cayendo, vuelvo y abrazo la tierra porque la tierra tiene tu esencia.

Tú eres la tierra, eres mi tierra.

Por: Lucia Longoria Aldaba