Una navaja de acero,
con un filo azul,
corta el angustiante silencio
con el lamento del viento
asesinado a su marcado paso.
¿Quién es el que se escucha venir?
El miedo. Se cristalizará,
llegará mi tiempo a su final,
la nostalgia me nublará
los ojos cansados con manchas,
blancas manchas como el hueso,
y el sonido agudo del…
¿dolor?, ¿confort? Inconciencia,
apagó la mente en llamas.
No contaré los segundos,
ya no tiene caso gastarlos.
Cuando el tiempo me reclame
le arrancaré un pedazo,
suyo y mío, tan mío como yo,
me arrancaré de mí mismo
para fundirme con el mundo,
con los colores y la música,
con el recuerdo y contigo,
con tu manto, blanco infantil.
El aire quema, ya me voy con…
ya se quién eres, te he visto.
Cuando llegué, tú me marcaste,
le robaste tiempo al tiempo
y lo pusiste en mi pecho.
¿Ya se terminó? ¿Tan rápido?
No iré solo, me voy contigo.
Por: Jesús T. Aldaba.

