Por: Sebastián Aldaba de Lira
Sentado, observando un mundo nuevo, un mundo utópico, el cómo la naturaleza reclama la tierra que le pertenece. Se puede respirar la tranquilidad y el silencio que lo rodea admirando la vida silvestre que adorna el rastro de la humanidad, que poco a poco se fue haciendo uno con la naturaleza.
El tiempo es relativo. Pensó mientras observaba a la hierba abrazar aquella casa, preguntándose cómo es que había pasado esto en tan poco tiempo. Luego recordó que habían pasado años en un abrir y cerrar de ojos.

